
Assassin’s Creed: Mirage
Mirage logra ser una entrega sólida que realmente busca ir a las raices de franquicia, pero no logra modernizar adecuadamente las raices.
Plataformas: Xbox Series S|X(Reseñado)/PC/PS4/PS5/Xbox One
Desarrollador: Ubisoft Bordeaux
Publishers: Ubisoft
Lanzamiento: Octubre 5/2023
Género: Asesinos Clásicos
Desde hace tiempo fans de Assassin’s Creed han deseado “regresar a las raíces” de la saga por el enfoque de títulos como AC: Odyssey y AC: Valhalla, donde si bien resaltan elementos de forma positiva como las mecánicas de combate y algunos aspectos de la historia, en general el consenso es que son demasiado extensos, repetitivos y con poca a mínima acción en sigilo.
Assassins Creed: Mirage es una respuesta a esa petición, siendo un ‘sentido homenaje’ a los inicios de la saga y aunque en términos generales cumple con su promesa, no está exento de polémica por sus diversas falencias.
En este título tomamos el control de Basim Ibn Ishaq, un personaje conocido para aquellos que jugamos Valhalla pues es uno de los personajes más importantes dentro de este juego, salvo que aquí conocemos su historia de origen desde que era un ladrón, pasando por su iniciación como Oculto -en este punto de la historia aún se conocen de esa forma- y posterior ascenso como maestro.
La principal motivación de Basim es la venganza, pero gracias a Roshan, su maestra, entiende que el camino de ‘Los Ocultos’ es la justicia, por lo que su papel en Bagdad es dar caza a cinco miembros de ‘La Orden de los Antiguos’, que al igual que en cualquier juego de la saga, no solo están tras el control de la economía y política de la ciudad, sino que buscan un importante artefacto del Edén.
En ese sentido, la trama de Mirage no difiere mucho de lo que ha venido tratando la saga desde hace tiempo y aunque en esta ocasión “menos es más”, si hay que mencionar que se siente bastante predecible. No solo porque sus temas ya no son una sorpresa en este punto de la franquicia, sino porque desde el inicio se trata de dar un aire de misterio al secreto de Basim cuando por los eventos de Valhalla ya sabemos qué es.
Seguramente esto sea fruto de que Mirage originalmente iba a ser un DLC para Valhalla, por lo que como precuela se queda bastante corto al no saber aprovechar a su protagonista y su trasfondo, aunque se agradece que para esta ocasión se enfocaron al 100% en el pasado y no hubo mayor mención sobre lo que sucede en el presente.
Ahora bien, en términos de jugabilidad es donde brilla realmente Mirage… aunque no del todo, dado que el regreso a las raíces fue literal en muchos de los sentidos, tanto para bien, como para mal.
Bagdad recuerda mucho a las diversas zonas visitadas en el primer Assassin’s Creed, siendo una ciudad pequeña que busca evocar esa misma sensación en términos de exploración. Es una locación rústica rodeada por un gran desierto y pequeños puntos destacados a los que podemos llegar montando en camello o caballo.
Que sea un mapa considerablemente reducido a comparación de Valhalla juega a favor ya que no es tan tedioso de explorar y las actividades disponibles no se sienten repetitivas, sin embargo hay diversos elementos que si se sienten molestos.





En primer lugar, es curioso que el parkour se sienta tan anticuado si lo comparamos al de Assassin’s Creed Unity o incluso Assassin’s Creed: Syndicate. Se siente tosco, lento y para colmo impreciso como sucedía en los juegos de PlayStation 3 y Xbox 360.
Si bien están los elementos interactivos de siempre para desplazarse por el entorno (poleas, grúas, etc), al final resulta una molestia escalar, entrar por ventanas e incluso saltar de techo en techo, lo cual es muy frustrante si estamos en una persecución.
Tal como se realizaba en Assassin’s Creed 2, ahora contamos con un medidor de búsqueda que podemos reducir si quitamos carteles con nuestra cara o sobornamos a ciertos personajes con el entorno.
Junto a ello están los mercaderes, mercenarios y músicos que podemos contratar para generar una pequeña distracción, pero al final se sienten como un adorno comparado a las habilidades y herramientas que Basim puede usar al momento de una infiltración.
El aspecto más refinado, aunque igualmente polémico, es el sigilo. Todas las mejoras de habilidad y herramientas están enfocadas en hacer de Basim un asesino letal y da gusto que la mayor parte de las misiones principales y secundarias giran en torno a esta modalidad de juego dado que evocan esa sensación de juego de los Assassin’s Creed clásicos.
Sin embargo, a causa de esto el combate se descuidó y las mecánicas refinadas del Valhalla ya no existen. Ese sistema versátil y dinámico es cosa del pasado y ahora tenemos un sistema de pelea enfocado en bloqueos y ejecuciones como se realizaba anteriormente, lo que lo vuelve extremadamente repetitivo. Lo mejor para evitar un combate es lanzar una bomba de humo y ejecutar con la hoja oculta.
Aunque es cierto que fans desde hace tiempo deseaban un juego más enfocado al sigilo, es extraño que no haya un sistema de combate eficiente como alternativa para los que prefieren una confrontación directa, especialmente teniendo en cuenta que dicho sistema ya existe.





Ahora bien, un juego de Ubisoft sin bugs no sería un juego de Ubisoft. A favor de Assassin’s Creed: Mirage, en las más de 30horas de juego en mi partida no hubo tantos, aunque si varios llamativos, lo que si es difícil de digerir es su rendimiento en Xbox Series X, dado que en mutiles ocasiones el juego no solo se cerró por si solo, sino que presentaba caídas de fps bastante notorias incluso en momentos donde no se justificaba por los elementos en pantalla (caminando, saltando, abriendo puertas).
Visualmente es un juego bonito, pero muy en la línea de lo que pasaba con Valhalla ya hay momentos en los que las cinemáticas se sienten acartonadas y menos convincentes, especialmente si son secuencias de acción.
En definitiva, Assassin’s Creed: Mirage como tal no es un mal juego, pero tampoco destaca más allá de lo que se hacía antes. Es extraña la forma en que Ubisoft malinterpretó el clamor de los fans, no tanto porque deban escucharlos a la fuerza, sino porque al final jugó con sus expectativas.
Quitó elementos funcionales por brindar una experiencia “a la vieja escuela” mientras que a la vez trajo algunos de vuelta que ya estaban anticuados.
Esto convierte a Mirage es un punto medio donde se celebra su justa duración, enfoque en el sigilo, actividades secundarias poco repetitivas, total ausencia de niveles y mecánicas tipo RPG, etc; pero donde también hay que tener presente su anticuado combate, su predecible historia y pretensión de ser como los clásicos pero sin entenderlos.
Para ser un ‘regreso a las raíces’ no está del todo mal, pero es un regreso superficial que se podría mejorar.
Reseña hecha con una copia de Assassin’s Creed: Mirage para Xbox Series S|X provista por Ubisoft Latinoamérica.