Bloodroots
El segundo título de Paper Cult Games es un juego divertido que en algunos puntos se puede sentir un poco limitado. Esta es la reseña de Bloodroots.
Plataformas: PC (Reseñado)/PS4/Switch/Xbox One
Desarrollador: Paper Cult Games
Publishers: Paper Cult Games
Lanzamiento: Febrero 28/2020
Género: Wolfline Miami
Venganza estrepitosa.
Bloodroots es el segundo juego desarrollado por el estudio canadiense Paper Cult. Es un salto interesante del puzle-multijugador que publicó el estudio en el 2016, Fat Mask, pero en línea con el desarrollo de experiencias frenéticas. Esta vez, Bloodroots es un juego de acción ambientado en una versión enrarecida de cazadores en los territorios del norte del siglo XIX en Norte América.
Es un juego sobre venganza, adaptabilidad y violencia. Mucha violencia.
Tomamos el control de Mr. Wolf, un duro forajido que es traicionado por su banda de rufianes y asesinado. Para el infortunio de sus ex camaradas, sobrevive al atentado y ahora lo mantiene vivo su sed de venganza, especialmente por el esquivo y misterioso Mr. Black Wolf: el antagonista principal. Y como es común en este tipo de historias tenemos que acabar uno a uno con nuestros viejos aliados antes de dar con nuestra némesis.
Así, invadimos con violencia los territorios de Mr. Boar, Miss Bison y Mrs. Crow (en ese orden) preguntando por el paradero de Mr. Black Wolf y masacrando a quien se nos cruce. Es una historia que me recordó mucho a The Revenant y a Kill Bill, ambas historias de venganza, la primera en el mismo escenario. Hay un estilo gráfico bien definido que va muy bien con la híper violencia caricaturizada, con guiños a Looney Tunes y al anime en animaciones.
La historia es una mezcla de conversaciones y flashbacks cuya sorpresa tal vez es muy evidente desde el principio. Sin embargo, es interesante cómo Paper Cult poco a poco va proponiendo un cambio de perspectiva sobre quién somos y por qué estamos haciendo las cosas. Es especialmente interesante porque Mr. Wolf no habla realmente, hace una única pregunta (“¿Dónde está Mr. Black Wolf?) y gruñe. Así que es a través de nuestras interacciones con otros personajes que vamos construyendo una imagen de quiénes son y, más importante, quién somos.
Sin embargo, hay varios lugares comunes que creo son típicos de la escena indie: propuestas de sorpresas no sorpresivas. Pero nada de spoilers.
En términos jugables, Bloodroots está en la misma vena de juegos como Hotline Miami, sin ser un disparador. En cada escenario tenemos que matar a todos los secuaces de nuestros ex camaradas, pero como no estamos armados nos tenemos que valer de lo que encontremos a nuestro alrededor. No por nada el eslogan del juego es “el mundo es tu arma”. La mecánica principal, entonces, va de tomar desde piedras, mesas y tablas, hasta zanahorias, bolas de nieve o ardillas muertas para acabar con nuestros enemigos.
El juego igual tiene varias armas convencionales, pero la idea es ir matando de forma poco convencional con lo que vayamos encontrando. Lo interesante es que cada objeto tiene una forma de ataque distinta, lo que otorga variedad al combate. Sumado a esto, cada uno también tiene un número limitado de usos, obligándonos a estar buscando nuevos después de cada muerte que causamos. También, como para variar, algunos de los objetos también nos dan habilidades especiales como salto doble, un dash o salto más largo.
Es un juego que invita al frenesí y premia la variedad. Pero también es un juego difícil donde un solo golpe nos elimina y los reflejos rápidos son importantes.
En los primeros niveles, Bloodroots se siente como un sandbox de masacres creativas. Las secciones de cada nivel ofrecen variedad en objetos y espacios relativamente abiertos para experimentar. Introduce poco a poco nuevas armas y enemigos con resistencias y habilidades especiales, mientras nos familiarizamos. Pero una vez ya conocemos cómo funcionan varios objetos y armas, el juego se empieza a convertir en una experiencia más táctica.
En varias secciones no basta con ir a matar a diestra y siniestra: tenemos que planear cómo vamos a encadenar las muertes que causamos de la manera más fluida, –y si nos importan los puntos– rápida y variada. Para ello conocer las secciones de los niveles es importante, pues así sabemos con qué armas contamos y a qué nos vamos a enfrentar. Sin embargo, hay varios niveles en la segunda mitad del juego que parecen tener una única solución. Niveles así están bien cuando el juego introduce un objeto con alguna mecánica nueva, pero en otras ocasiones me pareció desafortunadamente limitante, especialmente por la variedad a la que nos introduce el juego. Y cuando parece solo haber una solución y nuestra ejecución falla, se vuelve realmente frustrante.
Para agregar a la frustración ocasional están los controles algo imprecisos del juego. Desde moverse hasta apuntar, el juego se siente un poco torpe, fuera de control. Pienso que esto funciona hasta cierto punto por el tipo de juego y el frenesí de las masacres que causamos. Sin embargo, la perspectiva inusual de la cámara no ayuda a que nos orientemos bien en el espacio.
Para variar las cosas, el juego tiene un par de secciones de plataformeo ligero. Algunas son puros respiros entre masacre y masacre, pero otras son como mini juegos. Recuerdo especialmente una sección tipo Flappy Bird o Jetpack Joyride (side-scrolling). Desafortunadamente, además de los controles poco precisos, para el plataformeo en el juego la perspectiva semi isométrica –en mi opinión– genera problemas de percepción de profundidad: poco ideal para saltar con precisión. Pero por lo general los retos difíciles son para conseguir un par de secretos en el juego y no son comunes para pasarse los niveles.
Al terminar cada nivel el juego nos otorga un puntaje dependiendo de qué tan rápido y qué tan creativos hayamos sido. No soy fan de las calificaciones, pero es una manera de llamarnos a volver a intentarlo si queremos mejorar. También nos informa si descubrimos o no alguno de los secretos –que no son muchos, pero sí son difíciles de encontrar–.
El final de cada capítulo es una pelea contra uno de nuestros ex camaradas. Son más que todos jefes de puzles ambientales y rompen la monotonía de la masacre. Al derrotarlos ganamos sombreros que nos dan bonos especiales solamente para los niveles que repetimos, no para los nuevos (un poco como Hotline Miami).
Bloodroots es un retador y divertido juego de acción que entra al escenario de “juegos indie difíciles”. Su propuesta de “el mundo es tu arma” funciona muy bien con el marco de juegos como Hotline Miami y está ejecutada de manera excepcional. Tal vez algo corta la experiencia en general y podría enriquecerse con par de niveles secretos (si es que no los descubrí). Hay un gran potencial en la variedad que le pueden introducir más adelante o a una secuela.
Bonito de ver, exhilarante y con una historia interesante, Bloodroots es un juego ideal para quienes disfrutan de los retos mecánicos con algo de estrategia. El juego se desarrolla por escenarios que al final califican nuestro desempeño, como un arcade. Hay una buena variedad de enemigos que requieren distintas armas o métodos para eliminarlos.
Al final de cada sección de un escenario, la última muerte que realizamos tiene un destacado cinemático gracioso – aunque hay varios repetidos entre armas u objetos distintos.
La mayor parte de los niveles son una suerte de sandbox de violencia, pero de vez en cuando hay secciones de plataformas (sencillas en su mayoría) y algunos “minijuego” como para evitar monotonía. En particular, hay un par de secciones de side-scrolling sorpresivas.
El control de Mr. Wolf es un poco extraño y la estética del juego genera un par de problemas de percepción de profundidad especialmente por el propiciamiento de la cámara. Esto hace que algunas secciones de plataformas, especialmente para conseguir algunos secretos, sean muy frustrantes. La mitad de las veces tuve más suerte que habilidad.
El juego es retador y difícil en general. Si bien al principio promete ser un asunto de violencia frenética, pronto nos chocamos con que debemos planear muy bien cómo vamos a conectar las muertes en el juego para avanzar –y hay un par de secciones bastante frustrantes–. Con frecuencia pareciera que la solución al puzle violento es una sola, lo que le quita algo de encanto a varios niveles, especialmente por el potencial que tiene la variedad de armas y combos del juego.
Me recuerda a Ape Out
Reseña hecha con una copia de Bloodroots para PC (Epic Games Store) provista por Paper Cult Games.