
Hogwarts Legacy
Aunque su mundo y mecánicas son entretenidas, Hogwarts Legacy no saca provecho de su narrativa, creando una historia plana y predecible.
Plataformas: PlayStation 5(Reseñado)/PC/PS4/Nintendo Switch/Xbox One/Xbox Series S|X
Desarrollador: Avalance Studios
Publishers: Warner Bros. Games/Portkey Games
Lanzamiento: Febrero 7/2023 (PC/PS5/Xbox Series) / Abril 4/2023 (PS4/Xbox One) / Julio 25/2023 (Nintendo Switch)
Género:
Desde su anuncio Hogwarts Legacy estuvo envuelto en polémica. No solo por ser un producto ligado a la obra de J.K. Rowling, que lleva años haciendo comentarios negativos sobre las comunidades trans, sino porque uno de sus principales desarrolladores era propietario de una canal de YouTube donde públicamente defendía el movimiento GamerGate.
Por ello, tanto Warner Bros. como Avalanche trataron de desligarse de estos eventos en un intento por hacer del juego uno que no representara dichos valores negativos.
Pese a la tensa situación previa al lanzamiento, Hogwarts Legacy se convirtió rápidamente en un éxito en ventas, siendo quizá el primer gran título del 2023 que puede considerarse como contendiente al GOTY… pero ¿es para tanto?
En términos de historia, los eventos de Hogwarts Legacy suceden en el siglo 19, al rededor de 1890, donde tomamos control de un nuevo estudiante que llega a Hogwarts al principio del quinto año escolar. Su llegada a la academia de hechicería se da un momento tenso ya que no solo han empezado las revuelvas de los duendes contra los hechiceros, sino porque Ranrok está tras ellas en su búsqueda por un poder oculto.
Lo que hace especial al nuevo estudiante es que es que es capaz de ver rastros de magia ancestral, un tipo de magia supremamente potente que se usó en el pasado pero que es altamente volátil, por lo que no solo debe aprender a usarla, sino prevenir que Ranrok se haga con ella.
Es un planteamiento sencillo donde esencialmente vivimos el quinto año escolar investigando por qué Ranrok necesita ese poder y en ese sentido, no hay nada especial detrás del argumento.
Ranrok como líder autoproclamado de los duendes es el villano principal por su ambición, pero muy poco tiene que ver con las revueltas de contra el mundo mágico más allá de lo que se podría considerar como terrorismo.
Su alianza con Victor Rookwood es fortuita en sentido que este último busca el mismo poder porque siente que es su derecho. Los malos son malos y los buenos son buenos, no hay puntos medios, lo que hace que en general la campaña se sienta algo predecible.
Esto no quiere decir que no haya elementos interesantes dentro de la narrativa. Gracias a su poder, el nuevo estudiante conoce memorias del pasado donde se establece un conflicto en el que se explora la naturaleza de la magia ancestral, dejando ver forma en que los hechiceros se apropian del poder pero le temen a su potencial, llevando así a un choque ideológico.
Algo similar sucede con las misiones para desbloquear los hechizos malditos, donde se abarca la idea de “¿qué tan lejos puede ir una persona para salvar a otra?”, en la que se confronta el legado de los Slytherin y el potencial que tiene la magia oscura. Algo que recuerda bastante al arco de Anakin cuando es tentado por Palpatine hacia el lado oscuro en Star Wars.





Pese a ello, la campaña principal no ahonda en muchas de las situaciones de plantea, por lo que en general la trama avanza en línea recta, lo cual eventualmente lleva a una conclusión que, si bien tiene como objetivo dejar cabos abiertos para una muy segura secuela, no genera mayor impacto en lo que propone.
Sin embargo, Hogwarts Legacy no deja de ser entretenido y eso es gracias al mundo que presenta y su gameplay.
Naturalmente, la zona más importante de todo el juego es Hogwarts, siendo una representación que sigue la línea de lo visto en las películas de Harry Potter, con pasillos llenos de estudiantes, secretos y aulas en las que tendremos algunas clases.
También está Hogsmeade que funciona como un distrito comercial para adquirir recursos así como una región bastante amplia con diversos pueblos, cuevas, etc que se pueden explorar de día y de noche.
Claramente Hogwarts es la zona más ‘fanserviceable’ en la medida que allí encontraremos bastantes secretos y referencias, pero en general el mundo que presenta Hogwarts Legacy es bastante amplio con lo bueno y lo malo que representa.
Hay misiones secundarias que son más interesantes que otras y el tener un checklist de cosas por completar puede ser abrumador dada la gran cantidad de cosas por hacer y encontrar.
Por fortuna, el desplazamiento por cualquiera de las zonas es sencillo, ya que no solo contamos con 3 tipos de monturas (escoba, Hipogrifo/Thestral y Graphorn), donde cada uno cuenta con sus propias características propias, sino también con las ‘Floo Flames’, que funcionan como punto de desplazamiento rápido.
Ahora bien, en términos de combate y progresión hay varias cosas a tener en cuenta. Hogwarts Legacy funciona como un RPG en la medida que tenemos un nivel que determina nuestro progreso, por lo que debemos estar pendiente de este al momento de acceder a misiones pero también a la hora de equipar artefactos como el sombrero, túnica, uniforme, gafas, etc.
En pocas palabras, es un sistema similar al visto en los últimos Assassin’s Creed, donde todo tiene una categoría que va del Común al Excepcional, los cuales debemos ir cambiando con el tiempo para así mejorar las estadísticas de nuestro hechicero o hechicera.
Ya hablando del combate, el repertorio de hechizos en Hogwarts Legacy es bastante amplio y tiene un funcionamiento sencillo. Hechizos como Expelliarmus, Confrigo o Bombarda son de color rojo (daño); Accio, Depulso o Flipendo de color morado (fuerza) y Arresto Momentum y Glacius de color amarillo (control), donde esencialmente la idea es atacar con el hechizo capaz de romper la defensa del oponente con el color correspondiente.





Suena que podría ser repetitivo, pero realmente es un sistema dinámico que se presta para realizar varias combinaciones entre magias dado que normalmente estaremos enfrentando varios enemigos sin ningún tipo de aliado.
Fuera de este tipo de hechizos también tenemos las maldiciones: Crucio, Imperio y Avada Kevadra, de color verde. Estas rompen cualquier tipo de escudo y son las magias más potentes, siendo incluso efectivas contra enemigos por arriba de nuestro nivel. Usarlas no repercute negativamente en la experiencia dado que no hay ningún tipo de sanción o castigo.
Esta es sin duda una decisión… extraña, dado que las misiones para obtenerlas exploran el por qué son maldiciones prohibidas y sus efectos, pero a nivel de gameplay no sucede nada y el mundo que nos rodea parece tampoco importarle si se usan las 3 al tiempo o incluso si se usan dentro de Hogwarts.
Seguramente se hizo con la intención de no limitar la experiencia bajo un nivel de karma, pero entendiendo el por qué de su nombre, si es raro ver que no hay ningún tipo de consecuencia.
A nivel técnico, Hogwarts Legacy se ve bastante bien y no presenta mayores problemas técnicos o de rendimiento. Hay diversos modos de configuración en consola, pero al menos el modo rendimiento en PS5 fue el más estable, sin embargo, si es cierto que hay diversos aspectos que podrían mejorarse, tal como el lipsync y ciertas texturas que no se ven del todo bien, especialmente en las secuencias animadas.
Hogwarts Legacy es un título que va a la fija. Quizá haya sido la polémica alrededor de su desarrollo y lanzamiento, pero se nota que es un juego que quiere agradar en general.
Las mecánicas son solidas, pero si es evidente que hay cierta disonancia entre lo que sucede en la historia, el lore establecido y el gameplay. No quita que sea divertido, pero si es extraño que hay diversos elementos que no encajan del todo bien, más aún en la campaña, donde ciertos temas se sienten superfluos para como fueron desarrollados.
Reseña hecha con una copia de Hogwarts Legacy para PlayStation 5 provista por Warner Bros. Latinoamérica.