Warhammer 40K: Space Marine 2
Space Marine 2 no solo es mejora contra el título original, sino que logra ser un juego que entiende y ejecuta lo que es ser un Marine en el universo de Warhammer.
Plataformas: PlayStation 5 (Reseñado)/PC/Xbox Series S|X
Desarrollador: Saber Interactive
Publishers: Focus Interactive
Lanzamiento: Septiembre 2/2024
Género: Músculos y Vísceras
Esta reseña se enfoca únicamente en los modos offline de Space Marine 2.
Hay una nostalgia particular que me causó Space Marine 2. Creo que es lo mismo que me ha pasado con las últimas dos entregas de Doom (2016 y Eternal). Son títulos que siento sencillos y directos, sin pretensiones, descomplicados.
Títulos que puedo jugar desconectado, guiado por las mecánicas y, en el caso de Space Marine 2, la adrenalina. Este es uno de esos juegos que simplemente se sienten bien. Y bañado en vísceras de aliens, en el centro de una enorme fábrica gótica no podía evitar sonreír.
Space Marine 2 es un shooter de tercera persona y escuadrones ambientado en el universo de Warhammer 40,000, conocido por lo extenso de su lore y lo costoso de sus miniaturas. Muy superficialmente, es un juego parecido a Gears of War: hombres con proporciones de jugadores de fútbol americano de pocas palabras, aliens y motosierras.
Y aunque no dudo que hace una década Relic Entertainment y más recientemente Saber Interactive tuvieron de referencia el juego de Microsoft, las similitudes se quedan principalmente en lo estético. En Space Marine 2 somos un tanque en forma de persona que dispara tanto como propicia espadazos. No esperamos detrás de muros: avanzamos implacables contra ola tras ola de enemigos que hacemos trizas con bala y puño.
Vamos por partes.
No será sorpresa para muchos, pero la historia no es nada del otro mundo. Y si conoces algo de Warhammer 40,000 no es difícil intuir lo que va a suceder. De hecho, si jugaste el primer juego, también sabes este de qué va. Y no digo esto como una condena: no todos los juegos necesitan historias conmovedoras.
Tampoco hace falta conocer mucho del lore de Warhammer y mucho menos entender el juego de mesa. Lo principal es que estamos en un futuro sórdido con inacabables e incontables guerras. Es un universo repleto de conflicto y crueldad, donde realmente no hay héroes.
Una de las facciones envueltas en estas guerras es el Imperio, que emplea guerreros transhumanos para librar sus más feroces batallas contra las fuerzas del caos o los xenos (aliens). Estos son los marines espaciales o space marines.
Demetrian Titus, nuestro protagonista, es un space marine de los Ultramarines: los space marines más space marine que jamás existieron en la sombría oscuridad del futuro lejano donde solo hay guerra. O era un Ultramarine. Falsamente acusado por herejía al final del primer título, Titus empieza el juego cumpliendo su condena como parte de otra legión de space marines.




Pero no pasa mucho tiempo hasta que somos perdonados y reintegrados a los Ultramarines, quirúrgicamente aumentados y degradados de capitán a teniente. Junto con otros dos Ultramarines somos enviados a una serie de misiones de alta prioridad y secreto mientras lidiamos con una invasión de Tyranids.
Pronto nos percatamos de que los Tyranids no son lo único que amenaza a las fuerzas del Imperio en este sector y debemos luchar contra las fuerzas de Caos en la segunda mitad. Es una trama sin sorpresas que le hace espejo y copia a la historia del primer juego. Es básica y predecible, y cómo en muchos juegos, tiene un buen arranque pero un final más desdibujado.
La tensión está principalmente en el desarrollo de la relación de Titus con sus dos compañeros de escuadrón, que no están muy felices de trabajar hombro a hombro con un posible hereje. Y fue en la relación entre los personajes donde quedé más fascinado por el juego, en cómo se desenvuelven en este absurdo futuro de devoción y fanatismo religioso-militar como partes de una literal máquina de guerra.
Me recordó a un Helldivers 2 sin humor, porque en la sombría oscuridad del futuro lejano, solo hay guerra. Hay que matar aliens y herejes, no hay tiempo para reírse del emperador.
Y pese a lo centrales que son en el universo de 40K, en mi experiencia, estos transhumanos adoctrinados no hacen los personajes más interesantes. Conoces a un space marine y los has conocido a todos, hermano.
Pero donde sí brilla el juego en los momentos de combate.
En Space Marine 2 no hay cobertura. Cómo decía, Titus es más tanque que persona y quiere estar bañado en vísceras. Aquí, el combate cuerpo a cuerpo y las armas de fuego son dos caras de la misma moneda y estamos en un constante flujo entre ambos.
Para incentivar que estemos en el centro del conflicto tenemos dos mecánicas importantes. Si matamos enemigos con melee poco después de recibir daño, recuperamos vida –similar a una mecánica que encontramos en Bloodborne–. También recuperamos escudo siempre que ejecutamos a un enemigo vulnerable –similar esta vez a una mecánica de DOOM–.
El juego también cuenta con un sistema de parry que nos permite ejecutar contraataques. Nunca estuve 100% cómodo con el timing, pero como en otros juegos, los enemigos brillan azul por unos cuadros para darnos una ventana de acción. El contraataque mata automáticamente a los enemigos más pequeños y a los más grandes los deja vulnerables por un corto tiempo para darles un golpe crítico.





El combate con armas de fuego es más tradicional pero una corta y sólida selección de armas que suenan y se sienten poderosas lo hacen muy satisfactorio. Y aunque los enemigos abundan, las balas no tanto y una parte importante de los combates es asegurar suficientes municiones.
En la primera mitad de la experiencia el combate junto con la tecnología que utiliza Saber Interactive para darle vida a las hordas resultan en una experiencia excepcional. La fantasía de poder de ser este superhumano arrasando con ola tras ola de monstruos funciona muy bien. Pero la introducción de enemigos humanos o humanoides en la segunda mitad le roba mucha inercia porque invita más a simplemente dispararle a todo, no a ser el ojo de la tormenta.
También señalaré que jugando solo, en las dificultades más altas, tus compañeros IA estorban más de lo que ayudan y la experiencia está balanceada para el juego cooperativo. Confieso que hay un par de objetivos que se me hicieron imposibles sin reducir la dificultad o estresarme por tener que jugar el escenario a la perfección. Jugar con extraños en línea suele ser mejor en el modo de Operaciones, aunque no siempre.
Warhammer 40,000: Space Marine 2 es una excelente introducción al enorme universo de 40K. La historia tiene sus problemas pero deja la puerta abierta para lo que ojalá venga más adelante. Yo no quedé satisfecho con un par de pistas falsas que seguro jugarán un papel importante en el siguiente juego (si hay uno).
Pero el “momento-a-momento” del combate es impresionante y lo vale incluso para revisitar niveles. El retorno de Titus a los videojuegos es más de lo que esperaba y ahora solo queda esperar a la siguiente entrega o probar un juego más pequeño como Boltgun.
Reseña hecha con una copia de Warhammer 40K: Space Marine 2 para PlayStation 5 provista por Focus Interactive.
