Sable

Sable logra ser uno de los juegos más interesantes del año, que lastimosamente sufre de problemas técnicos que arruinan toda la experiencia.

Plataformas: Xbox Series S|X (Reseñado)/PC/Xbox One
Desarrollador: Shedworks
Publishers: Raw Fury
Lanzamiento: Septiembre 23/2021
Género: Descubrir y crecer

Crecer es difícil.

Para muchos, el ritual de paso es abandonar el hotel mamá y aventurarse a lo desconocido. Ya sea en otra casa, otra ciudad y en casos más drásticos, otro país.

Sable busca retratar esta parte de la vida, donde una joven se aventurará a un mundo desconocido antes de finalmente sentar cabeza para todo lo que le queda de vida, en uno de los títulos más interesantes del año.

Desarrollado por Shedworks, el título nos contará la historia de Sable, una joven de la misteriosa tribu Ibexi. Ella tendrá que enfrentarse a un ritual llamado The Gliding, donde construirá su moto y se aventurará a conocer el planeta en el que vive.

Narrativamente Sable es muy sencillo en su historia, pero muy efectivo en su manera de contarla.

El juego lo único que busca es que nosotros como jugadores exploremos y igual que la protagonista, descubramos el mundo que nos rodea.

La meta real de Sable es conseguir máscaras y… ya. Realmente no hay un objetivo más allá de eso.

Lo que Shedworks buscó, es hacer que el jugador decida que tan largo será el Gliding de Sable. Puede ser de 3 horas, donde será una aventura superficial o buscaremos completar todas las misiones secundarias y nos tomaremos nuestro tiempo.

Aunque no niego que el tema de la duración puede ser un problema, se nota la influencia de Breath of the Wild donde realmente el jugador es el que pone el tiempo necesario para jugar.

Dentro del juego hay misiones secundarias, pero no son necesarias para ver el final. También están diseñadas para saber más del mundo del juego, por lo que al final es que tanto queremos conocer, más no es un requerimiento.

Al inicio pensé que las máscaras tendrían algún efecto en el gameplay y luego me di cuenta que era un tema puramente cosmético. Esto no es una crítica, al contrario la naturaleza cosmética de las máscaras tiene sentido al final del juego.

Me encantó el hecho que al final se siente que tanto énfasis en las máscaras hizo click conmigo y va muy acorde a todo lo que Shedworks quiso comunicar desde el momento en el que inicia el juego.

El concepto de la creación de la moto de Sable, también tiene un punto muy interesante porque va ligado a la naturaleza de “construir nuestra manera de salir a conocer el mundo”, que al final es la manera como iniciará el Gliding.

Mecánicamente es un juego sencillo.

Sable podrá escalar varias superficies, aunque estará limitada a una limitada cantidad de Stamina por lo que muchas veces tendremos que “pre-planear” una ruta para subir a ciertas superficies.

Correr también consumirá Stamina y finalmente tendremos la posibilidad de flotar a la hora que nos lancemos desde puntos altos del mapa.

La naturaleza de Sable a nivel mecánico es enfocarse en explorar. Realmente no tiene ninguna mecánica extraña que vaya más allá. No tendremos un combate y algunos de los elementos que obtendremos en el juego, realmente son solo para canjearlos con algunas personas.

Para algunas misiones secundarias tendremos que resolver unos puzzles que no son de mucha dificultad. Esto realmente tampoco es grave ya que el enfoque más relajado que presenta el título, le permite generar acertijos sencillos y que como tal no afecten flujo del título.

Al completar ciertas misiones, el juego nos premiará con marcas. Al completar tres, podremos ir a un personaje llamado “The Mask Caster”, este ente nos entregará una máscara que irá de la mano con las marcas.

La mayoría de estas máscaras se las veremos a otros NPC dentro del juego y son las que usan los personajes de ciertas profesiones. Mercaderes, cartógrafos, chatarreros, entre otros serán la clase de personas que veremos.

Sable contiene una historia secundaria, sobre las primeras personas que llegaron al planeta donde ocurre el juego. Para esto, será necesario encontrar unas bases de datos que estarán en diferentes naves dentro de cada zona.

Algo que Sable hace muy bien, es usar el mundo a su favor. El juego como tal no tiene ningún tipo de guía para varias de sus actividades, por lo cual nosotros somos los que tendremos que descubrir los puntos por lo que vemos en el horizonte.

Más específicamente, el cartógrafo será sencillo de ver en la lejanía y será clave para hacer nuestra exploración mucho más sencilla y placentera. Además, que además del mapa de la zona, también venderá marcas para su máscara.

Otro de los puntos más atractivos de Sable es su apartado visual.

Inspirado en el arte del legendario artista francés Jean Giraud “Moebius”, Sable resalta muchísimo en esta área. No solo usa una paleta de color vibrantes, sino que usa un tipo de trazo muy sencillo y al mismo tiempo muy marcado.

El juego busca parecer como un libro de bocetos, donde no hay elementos demasiado detallados, pero son lo suficientemente claros para que entendamos que es lo que nos quiere comunicar.

La música de Japanese Breakfast también es magnífica. En cierto punto parece una mezcla de Trip Hop, Dreampop y Electropop que acompaña muy bien todo el título. En ningún momento sentí que la música no enalteciera lo que estaba viendo y la acompaña de manera fantástica.

Sable también usa algo que es poco común en videojuegos y es… una velocidad de framerate diferente para la protagonista y el mundo.

Similar a lo que vimos en Miles Morales cuando se obtiene el traje de Into the Spiderverse, Sable correrá a 12 cuadros por segundo, mientras que el mundo correrá a 60 cuadros.

Aquí es donde lastimosamente Sable se cae a pedazos.

No sé si será debido a Unity o la diferencia de framerate entre entorno y protagonista, Sable tiene uno de los peores rendimientos que he visto recientemente.

En las primeras dos zonas, parecía que de vez en cuando tendríamos problemas de framerate, pero que no sería grave. Normalmente la caída del framerate se daba al hablar con el cartógrafo y eso parecía ser todo.

Lastimosamente en varias zonas, el framerate se cae por debajo de 20 a un punto que realmente es notable. En este caso específico que lo jugué en una Series S si el rendimiento era así de malo, no me quiero ni imaginar como sería en un Xbox One original.

El juego también sufre de “screen tearing” donde la imagen parece que se “rompiera” en varios momentos debido a su mal rendimiento.

A pesar que Sable es un juego fantástico y que seriamente podría ser un candidato a juego del año, el rendimiento arruina prácticamente toda la experiencia. Aunque terminé el título, siento que mucho de mi encanto murió al llegar a las zonas donde el framerate quedaba por debajo de 30.

No sé si Shedworks en algún momento logrará hacer que el juego funcione adecuadamente, pero es muy triste que un título con tanto potencial se vea tan afectado (incluso corriendo en consolas de nueva generación) por su rendimiento.

Al menos le abono que no fue tan malo como el Remake de XIII que terminé a inicios de este año.

Si están dispuestos a enfrentar estos errores y problemas de rendimiento, Sable ya está disponible en PC, Xbox One y Xbox Series S|X en GamePass.

Reseña hecha con una copia de Sable para Xbox Series S|X provista por Raw Fury.