Silly Polly Beast

Silli Polly Beast es un juego con varias limitaciones en su jugabilidad, pero que logra ser una propuesta refrescante e interesante.

Plataformas: PlayStation 5 (Reseñado)/PC/Xbox Series S|X
Desarrollador: Anji
Publishers: Top Hat Studios
Lanzamiento: Octubre 28/2025
Género: Traumas Alucinantes

Cuando traté de describir este juego a unos amigos, lo primero que les dije entre risas es que era una mezcla entre Tony Hawk Pro Skater, Hotline Miami, un toque de Devil May Cry (por el código de color rojo/azul) pero con la presentación y estilo de Persona 5.

Lo curioso, es que a esto me faltó la referencia más obvia, y es que también tiene mucho de Silent Hill.

Aunque parece descabellado, lo cierto es que este título es una propuesta osada, interesante y con una identidad muy particular.

En Silly Polly Beast tomamos el papel de Polly (vestida de rojo), una chica muda que escapa tras el incendio al orfanato donde vivía para buscar a su mejor amiga, Alice (vestida de azul).

Muy pronto descubrimos que Polly provocó el incendio del lugar y, a partir de ahí, entramos en un mundo macabro donde, al más puro estilo Silent Hill, debemos enfrentar las consecuencias de nuestros actos.

Con la realidad literalmente alterada, Polly encuentra un misterioso avatar que nos asigna una misión: derrotar tres demonios para liberarlo y así avanzar en nuestra propia búsqueda. Al avanzar en la historia comprendemos que estamos a merced de un ser todopoderoso capaz de influir en nuestras decisiones a través del terror.

La manifestación de este mundo alterno funciona de manera similar a Silent Hill, dado que a medida que avanzamos la ambientación opresiva nos sumerge en los traumas de la protagonista. Es aquí donde descubrimos eventos clave de su pasado y entendemos por qué ella intenta sanar sus heridas más profundas, empezando con su relación con Alice, que presenta una dinámica tipo ‘sun x moon’, en la cual a pesar la adversidad, ella es el rayo de optimismo contrastado al tormento y frustración de Polly.

De esta forma, el juego aborda temas como el rechazo, el bullying y la depresión, todo enmarcado en un contexto donde las figuras adultas o son incompetentes, o no son para nada empaticas, construyendo una atmósfera emocionalmente fuerte en el que Polly, representando lo que es estar roto emocionalmente, busca la fuerza para seguir adelante… incluso si eso significa sacrificar su humanidad.

Aunque no existe un sistema de decisiones complejo al estilo RPG, sí hay elecciones que afectan cómo interactuamos con otros personajes y cómo estos nos perciben, lo que en consecuencia afecta ligeramente el final de juego.

Esto resulta relevante considerando que Silly Polly, pese a su duración de unas 8 a 10 horas, cuenta con cuatro finales. Sin embargo, la similitud entre algunos de ellos puede restar motivación para explorarlos todos.

Narrativamente, ponerse en los zapatos de Polly es lo más enriquecedor de la experiencia. Personalmente me recuerda un poco a Alice: Madness Returns, en la medida que empezamos cayendo por un hoyo hacia un nuevo mundo que no deja de ponerse turbio a medida que avanzamos. La culpa y la indefensión son temas constantes, y no escatima en ser crudo con sus personajes.

En términos de jugabilidad, hay cierta influencia de Hotline Miami, con tiroteos intensos y desafiantes, pero con un arsenal limitado. Tendremos una tabla (un skateboard para los que hablan inglés) como arma cuerpo a cuerpo, una pistola como arma principal y como arma secundaria podemos alternar entre una escopeta, SMG o ya en los momentos finales una ‘nailgun’ que lanza virotes de alto calibre, aunque solo podemos llevar una de estas al tiempo.

Es importante tener presente que la munición y los botiquines son escasos, la dificultad es elevada y los enfrentamientos requieren mucha precisión y atención. Los enemigos aunque no son variados pese a su tipo de máscara (cerdo, conejo o zorro), son bastante letales, por lo que un simple descuido puede resultar en un castigo bastante fuerte.

Desafortunadamente, la falta de precisión en ciertas mecánicas puede complicar aún más la situación, y es que apuntar dependiendo del momento puede hacernos desperdiciar balas o darle a un enemigo que no es. Afortunadamente, se puede ajustar la dificultad en cualquier momento sin ningún tipo de sanción.

Además de las secciones de disparos, hay ciertos segmentos donde podemos montar la tabla para desplazarnos de un punto a otro (por eso lo de Tony Hawk Pro Skater).

Son fases cortas pero intensas y aunque no son difíciles, si pueden llevar un par de intentos dado que también hay que estar atentos al ritmo de la música que acompaña de fondo, aunque pueden ser molestos dado que no hay una ruta definida, sino que esta se genera de forma ‘aleatoria’.

Ahora bien, si hablamos sobre el desempeño, Silly Polly Beast corre muy bien en PlayStation 5. No es un juego perfecto y tiene fallos mecánicos evidentes, pero en general es una aventura sólida.

Gráficamente no destaca por su apartado técnico limitado, pero la dirección de arte, con escenarios asfixiantes y deprimentes, colores intensos como el rojo y el negro, ilustraciones con un arte ‘agresivo’ y una musicalización igual de fuerte, hacen que este título se sienta completo.

En conclusión, Silly Polly Beast es una aventura corta pero muy interesante. Aunque no tiene una gran rejugabilidad, sí ofrece una experiencia que combina temas serios, una ambientación fuerte y combates desafiantes que aunque no siempre son gratificantes, destacan por sus jefes o temas.

Visualmente destaca por su dirección de arte pese a sus limitaciones, pero creo que quizá lo más importante de todo es que es un juego autoconclusivo. En tiempos donde todo parece apuntar a secuelas o posibles continuaciones que quizá no puedan suceder, se agradece una obra que sabe dónde acabar.

Reseña hecha con una copia de Silly Polly Beast para PlayStation 5 provista por Top Hat Studios.