
Vane
Vane en un experimento que logra tener momentos muy interesantes e impactantes a nivel narrativo, pero se queda corto en varios aspectos.
Plataformas: PS4 (Reseñado)
Desarrollador: Friend & Foe
Publishers: Friend & Foe
Lanzamiento: Enero 15/2019
Género: Narrando la exploración
Establecer una narrativa a base de exploración no es sencillo. Si títulos como ICO, Shadow of the Colossus, Journey y hasta Abzu lo han logrado, es por la riqueza de su mundo y la relevancia de nuestro papel en el. Vane aspira a hacer lo mismo, y aunque tiene un par de momentos impactantes, la verdad es que se queda corto.
Vane es un título desarrollado por Friend & Foe, un estudio independiente formado por algunos de los exmiembros que participaron en el desarrollo de The Last Guardian, en el cual tomamos control de un cuervo en un mundo bastante enigmático que pareciera, está al borde de la catástrofe.
Descifrar lo que quiere decir Vane no es fácil, y es que la verdad sigo sin entender de qué trata este título. Durante la secuencia de introducción se nos presenta una tormenta de gran magnitud en la que tratamos de abrirnos paso con un niño bastante frágil, pero de repente estamos en control de un cuervo en un gran desierto.
El ave y el niño son uno solo, y eso queda claro cuando en forma de cuervo nos posamos sobre un montículo de polvo dorado que nos hace cambiar de aspecto. Esta mecánica será recurrente, y es que para progresar a lo largo de todo el juego será necesario cambiar nuestra apariencia.
Como ave podremos volar, OBVIAMENTE, así como llamar a otras aves mediante nuestro cantico. En esta forma tendremos que resolver pequeños “puzles” en parvadas, por lo que estaremos buscando cuervos aliados para habilitar rutas que podamos usar en nuestra forma humana. De igual forma, como niño tendremos ciertos “puzles” que resolver para abrir nuevos caminos o rescatar aliados que puedan sernos de ayuda.
Puzles entre comillas porque más que ser acertijos, son obstáculos que requieren de hacer varias tareas consecutivas que toman algo de tiempo. No son complejas, una vez se entiende que hay que hacer, pero es quizá uno de los apartados más descuidados ya que es fácil aburrirse dada su constante repetición.
A pesar de tener unas ideas bastante interesantes, Vane es un título que no deja una buena impresión en sus diferentes apartados.
Por el frente de la jugabilidad, este es un título que tiene un esquema de control bastante sencillo pero impreciso. Volar con el ave es fácil, hasta que entendemos que para agitar las alas hay que aporrear constantemente la tecla ‘X’. La cámara falla bastante cuando se busca un ángulo para “aterrizar” o cambiar de dirección.
A píe la cosa mejora un poco, pero no mucho. El movimiento del personaje en forma humana es bastante lento, asumo yo para generar un contraste opuesto con su forma en ave, pero la cámara sigue siendo una molestia.
Gráficamente no es un título que resalte mucho. Todo el mundo y sus personajes están hechos a base de arte poligonal, donde hay algunas cosas que funcionan y otras que no. Por ejemplo, el modelado del ave, así como la animación del vuelo y sus plumas, es impresionante… sin embargo, para los entornos y la misma forma humana, se ven bastante crudos, quizá por la falta de texturas o un contraste de color.
Desafortunadamente, este es un apartado que se ve fuertemente afectado por bugs y glitches. Por lo menos en mi experiencia personal, fueron múltiples las veces en las que mi personaje en forma humana atravesó una superficie plana hacia el vacío. Vi bastantes superficies planas vibrar sobre el escenario revelando que tras de ellas no había nada y extraños sucesos en los que comandos simples se buggeaban y no permitían ejecutar otra acción hasta reiniciar el juego.
Adicional a ello, sufrí múltiples crasheos y gracias a ello me di cuenta de dos problemas adicionales con la forma en la que está estructurado el juego. En primer lugar: los checkpoints están muy separados uno del otro, y dado mi constante problema de crasheo, tuve que repetir varios escenarios más que dos veces.
Lo segundo, que Vane es un título en el que su mundo no invita a la exploración, lo que hace sus escenarios bastante monótonos y aburridos. Solo vamos de un punto A al B a ejecutar una acción y ya está. Tampoco es intuitivo, en sentido que no es claro qué debemos hacer o a dónde debemos ir. Todo es tan uniforme que no hay elementos que salten a la vista a menos que estemos frente a ellos.
Pese a ello, si hay momentos en los que todos los elementos funcionan. Normalmente están ligados a cuando “avanza” la historia y dejan su marca por ser impactantes a nivel visual y sonoro.
Como Journey y Abzu, Vane es bastante conceptual. No sabremos de qué trata hasta mirarlo con detalle. Personalmente lo entendí como un sacrificio por la libertad. Seguro es la lectura más directa y simple, dada que una tarea recurrente a lo largo del juego es liberar aves y niños de jaulas.
Vane es un título difícil de recomendar, para ser honesto. Mi experiencia fue terrible por los glitches y bugs, pero no es como si eso fuera a persistir. El problema real con este juego es que es bastante repetitivo, y pese a su mágica premisa, no ofrece nada nuevo. Al final es un juego con una gran idea, pero con un mundo que es poco o nada interesante. Y si le sumamos los problemas de rendimiento en PS4 estándar, hace que sea una experiencia muy torpe.
Esperemos los integrantes detrás de este título tengan mejor “suerte” para su próximo título, porque intenciones, las tenían todas.
Reseña de Vane hecha con una copia del juego para PS4 provista por Friend & Foe.