Journey to the Savage Planet

El primer juego de Typhoon Studios cautiva con su color y sus mecánicas, aunque su duración puede ser un problema. Esto es Journey to the Savage Planet.

Plataformas: PC/PS4 (Reseñado)/Xbox One
Desarrollador: Typhoon Studios
Publishers: 505 Games
Lanzamiento: Enero 28/2020
Género: Subnautica… sin el agua

La exploración espacial siempre suena a una mala idea. Aliens, 2001, e incluso Space Oddity de David Bowie, nos recuerdan que eventualmente todo terminará mal durante un viaje al espacio (así sea un poco corto).

Journey to the Savage Planet se va por la ruta más jocosa de la exploración y aunque en ciertos puntos lo logra hacer click en varios momentos, se vuelve una experiencia divertida y absurda muy similar a lo que vimos en The Outer Worlds.

Un video de Kindred Corporation nos despertará después de años luz de viaje y finalmente lo hemos logrado… Hemos llegado al planeta AR-Y 26. ¿El problema? El planeta se suponía que no tenía ningún tipo de vida inteligente.

Ahora dependerá de nosotros como un astronauta sin rostro, explorar el planeta, descubrir la fuente de toda la fauna y regresar a la tierra. Todo, mientras una que otra fauna del planeta nos ven como una fuente de alimentación más.

Journey to the Savage Planet es algo inesperado. No solo porque realmente no tuvo mucha publicidad, sino porque parecía pertenecer a la tendencia de los juegos coloridos, pero que no hay mucha profundidad.

Pero, el juego presenta cosas interesantes que aunque algunas ya las hemos visto antes pero llevándolas a niveles más absurdos de lo común y sin duda muestra una clara crítica a cómo las empresas (En este caso multinacionales) pueden ver a sus potenciales clientes.

La historia del juego es muy sencilla. Nosotros tenemos que encontrar la razón por la cual el planeta tiene vida y entregarle esa información a Kindred.

Conforme avancemos, poco a poco entenderemos que el planeta tiene materiales los cuales nos pueden ayudar bastante a sobrevivir la hostilidad de su fauna, sino que también nos permitirá ir un paso más allá para facilitar la exploración de todo el planeta.

Como la historia no es su fuerte, Journey to the Savage Planet busca encantar con sus mecánicas y lo logra. A pesar de no ser un juego exageramente robusto, sin duda logra ser lo suficientemente entretenido para disfrutar su exploración.

Al inicio tendremos elementos limitados y el juego parece ser muy lineal, pero conforme vamos encontrando las mejoras, todo el planeta se irá abriendo no solo por las zonas que poco a poco exploraremos, sino también por el acceso que tendremos a nuevos items o maneras de movernos por todo el planeta.

Lo más básico con lo que contaremos, será un visor que nos permitirá escanear y descubrir de a poco la fauna y la flora de AR-Y 26, aquí poco a poco veremos que no todas las criaturas serán peligrosas y cómo podemos usar la flora a nuestro favor. 

Contaremos con un arma bastante sencilla y un tipo de señuelo que podemos usar para atraer ciertos tipos de fauna y podemos escanearla para saber más o sencillamente matarla para adquirir recursos.

El otro material importantísimo son los recursos. Aluminio, carbono y silicio estarán disponibles en grandes cantidades ya sea como recompensa por acabar con ciertos “enemigos” o como formaciones minerales en los muros del planeta, pero esto no será lo único necesario.

En ciertos casos necesitaremos un material clave que solo podemos encontrar en AR-Y 26 y también nos servirá para crear objetos o mejorar nuestro equipo.

El juego cuenta con la estructura básica de un juego mundo abierto, tendremos una misión principal (Descubrir la fuente de vida del planeta) y pequeñas misiones secundarias que nos llevarán a explorar todo el planeta en búsqueda de elementos que aunque no son claves para la exploración, si pueden hacer nuestra vida más fácil.

Bajo este parámetro, Journey to the Savage Planet hace todo bien… hasta que complejiza todo por razones que incluso después de terminar el juego, no tienen mucho sentido.

Desde el inicio, el juego nos muestra que no tendremos niveles para subir la salud o la stamina, sino que será necesario encontrar materiales para estas mejoras, pero también incluye algo llamado Rango de investigación.

Adicional a la campaña principal y las misiones secundarias, también estarán unos objetivos (Que son más bien complejos) para subir ese rango de investigación, al subir de rango tendremos acceso a más mejoras para nuestro equipo.

Esto se estrella un poco con la simpleza del gameplay que el juego siempre había mostrado, en especial porque prácticamente las puertas se abrirán poco a poco si exploramos los lugares más recónditos de AR-Y 26.

Aunque completar estos retos no es necesario para terminar la campaña principal, si pone un seguro que para muchas personas resultará tedioso por lo complejas que pueden resultar algunas tareas.

Otro punto clave de Journey to the Savage Planet es su humor. Sin duda luego de The Outer Worlds se siente similar, pero el toque absurdo lo lleva a lugares inesperados.

No solo los mensajes que suele enviar el CEO de Kindred no tienen mucho sentido, las pautas que nos encontraremos en el juego, son lo más raro que he visto en un juego.

Conforme avancemos, encontraremos publicidad de diferentes productos desde un producto llamado Grob (Que se puede “convertir” en cualquier tipo de comida) hasta algo llamado Meat Buddy dónde podemos convertir los desperdicios de carne en un amigo que tendrá vida.

Ese tipo de humor es raro, porque en muchos momentos parece algo más repulsivo que divertido, en otros la idea no está mal, pero la ejecución es más bien extraña. Eso si, admito que uno de mis productos favoritos era una burla a los Sea Monkeys.

Aquí el juego mezcla personas reales con un pésimo CGI (Que es intensional) para darle esa idea de bajo presupuesto, que es uno de los elementos que el juego busca reforzar en todo momento.

Con respecto a la explotación de los clientes, eso se ve precisamente en la publicidad del juego. Aunque no son intrusivas, son el contenido más común del juego. Cada vez que volvemos a la nave es muy común que en las pantallas veamos o escuchemos la pauta de Meat Buddy o de GROB.

Uno de los problemas más grandes que tiene Journey to the Savage Planet es su duración. No porque sea un juego muy largo, sino en realidad porque se siente que alarga la campaña principal más de lo necesario.

Esto es muy curioso, en especial porque el juego tiene suficiente contenido con las misiones secundarias, para que se sienta robusto y creo que alargar artificialmente la campaña no era la mejor solución.

Sin duda Journey to the Savage Planet no es un juego que llegará con mucha fanaticada, pero es un trabajo muy divertido y colorido de parte de Typhoon. Sin duda después de esto, esperaré con muchas ansias su próximo título, porque independientemente de todo, me divertí bastante con el juego.

Aunque no cambiará el paradigma del género, Journey to the Savage Planet logra mostrar que el espacio puede ser un lugar divertido y que ahora, es momento de brillar para los juegos espaciales más coloridos.

Journey to the Savage Planet llegará el 28 de enero a PC, PS4 y Xbox One.

Reseña hecha con una copia de Journey to the Savage Planet para PlayStation 4 provista por 505 Games.

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