Life is Strange: True Colors

Aunque True Colors no es salto impresionante, si logra darle un buen uso a sus mecánicas para crear un gran juego digno de la franquicia.

Plataformas: PS4/PS5 (Reseñado)/PC/Stadia/Xbox One/Xbox Series S|X
Desarrollador: Deck Nine Games
Publishers: Square Enix
Lanzamiento: Septiembre 10/2021
Género: La emoción de tener poderes

Desde su primer título, Life is Strange como franquicia se ha caracterizado por sus historias de carácter humano pese al elemento ‘paranormal’ que las diferencia. En el juego original podíamos retroceder el tiempo, pero eso no quitaba el impacto de las decisiones en la vida diaria y al final, la historia de Max y Chloe era una por encontrar su lugar en el mundo. Aceptar los eventos del pasado para enfrentarse a un nuevo mañana.

Este de hecho es un concepto recurrente en la saga y que dependiendo de los protagonistas ha sido manejado de forma distinta. Por ejemplo, Sean y Daniel, de Life is Strange 2, buscaban pertenecer, tener una familia, estar unidos pese a las adversidades donde el tener poderes era lo menos peligroso. Ser bueno o malo. Buscar la mejor versión de sí mismos, o no romper el ciclo de odio y aceptar que el fin justifica los medios… incluso, si eso los corrompe.

Life is Strange: True Colors no es la excepción y en este caso, Alex Chen busca una nueva oportunidad. Es una persona rota, con un pasado difícil y muchos remordimientos, pero que pese a tropezar y tropezar, siempre sigue poniéndose de pie.

Específicamente hablando, True Colors comienza con la llegada de Alex a Haven Springs, un pequeño pueblo americano donde después de varios años se va a reencontrar con su hermano Gabe, quienes fueron separados años atrás después de haber estado en un orfanato. Allí espera darle un nuevo comienzo a su vida, pero todo se complica cuando su hermano muere en un “accidente”.

Las comillas no son gratuitas ya que gran parte de la experiencia de True Colors está en descubrir quién está detrás de la muerte de Gabe y para ello tendremos un nuevo poder: leer las emociones de las personas.

Alex es la primera protagonista en un Life is Strange que ya es consciente de sus poderes y de hecho, son parte del por qué estuvo alejada de su hermano por años. Con su llegada a Haven Springs espera poder sacarle provecho a su habilidad, pero no de una forma maliciosa, sino para así poder ayudar a quienes lo necesitan, el problema, es que su uso también la vuelve vulnerable.

Parte del poder de Alex es sentir las emociones de los demás y eso implica ponerse en sus zapatos, por lo que si están tristes, sentirá toda su tristeza, y si están enojados, sentirá el por qué de su ira. El problema, es que las emociones fuertes pueden proyectarse a través de ella y si lo hace, se puede considerar como una bomba de tiempo.

Es interesante la mirada que se le da a este poder porque realmente es convincente la forma en que se exploran las emociones. El miedo, por ejemplo, no solo proviene de ese personaje sospechoso que quizá esté ocultando algo importante, sino puede ser el miedo a un nuevo comienzo, a declararse, a arruinar un momento. La ira puede ser visceral, de odio por una persona, pero también de frustración o sentirse impotente por algo que está mal y no podemos prevenir.

Las emociones si importan y se les da un peso notable en la narrativa, tanto así que hay algunas fases puntuales en la campaña donde se ahonda un poco más en la psique del personaje que estamos ayudando. En estas partes dicha sensación logra reflejarse físicamente para hacernos parte de su mundo.

Pero Life is Strange: True Colors no sería un Life is Strange si no tuviera personajes entrañables y complejos. Esta no es la excepción y aquellos que acompañan nuestra aventura son bastante carismáticos e interesantes de explorar, especialmente teniendo en cuenta que podremos ayudarlos a superar sus problemas gracias a nuestros poderes.

Aun así, es evidente que por encima de todo se destacan Ryan y Steph, quienes son los dos nuevos amigos de Alex con opción correspondiente de romanceo.

Ryan es un tipo guapo y bonachón, pero su relevancia va más allá de solo ser el tipo agradable de Haven Springs. Es el hijo del héroe del pueblo y siente el peso de tener que ser mejor que el, de cumplir las expectativas de ser ‘perfecto’ y solo hasta conocer a Alex se pone en marcha su arco personal para aceptarse.

Steph, a quien vimos en Before the Storm, es la locutora de una emisora local que encontró en Haven Srpings un hogar, un sitio al que pertenecer después de dejar Arcadia Bay y Seattle. Está allí viviendo su día a día hasta que conoce a Alex, quien se vuelve su motivación para perseguir un sueño que aparentemente había olvidado: viajar y tocas su música.

Ambos personajes tienen gran peso y son muy importantes para Alex. Evidentemente la química de quien queremos como pareja será diferente según nuestra elección, pero es interesante ver que los tres comparten su tiempo como amigos, como una nueva familia.

En sí, la duración de Life is Strange: True Colors es semejante a cualquier Life is Strange, donde cada episodio tiene una duración media de una o dos horas según nuestro ritmo de juego. Lo interesante aquí es que quedó en el pasado el sistema de distribución episódico cada dos o tres meses, lo que hace que la campaña se pueda consumir de una forma más orgánica y sin interrupciones. Definitivamente esta fue una de las mejores decisiones que se pudo haber tomado en torno a su sistema de distribución.

Ahora bien, en términos de apariencia es evidente que Life is Strange: True Colors trabaja con un nuevo motor gráfico y la verdad es que ya era hora. Si bien hubo una gran mejora del Life is Strange original a la secuela, de todas formas se veían las limitaciones gráficas en este último título, por lo que es agradable ver que el Unreal Engine 4 aquí pueda dar vida a todo un pueblo con lujo de detalles y, aún más importante, expresiones faciales tan naturales.

Esto último sin lugar a duda hace que la experiencia se sienta mucho más natural, especialmente por la atención al detalle que hay en el modelo de Alex, aunque si hay que señalar que no todos los personajes tienen el mismo cuidado. Por otra parte, si bien True Colors es bastante estable en términos de desempeño, no es un juego 100% impecable dado que hay bajones de FPS en ciertas partes y uno que otro bug llamativo, aunque nada que pueda arruinar la experiencia.

Como siempre, y tal como se ha visto en la franquicia, Life is Strange: True Colors también tiene la capacidad de sorprender con sus giros de trama, por lo que sus últimos dos episodios son los más intensos, sin embargo, nunca es tarde para advertir y aclarar que este título si bien se desarrolla dentro del universo de LiS, no está directamente conectado con sus otras entregas en la medida que no hay un gran hilo conductor entre los poderes de Max, Alex y Daniel, no hay villanos de vuelta y tampoco conexiones entre Arcadia Bay y Haven Springs.

Lo que hay, es una aventura bastante emotiva que habla sobre la empatía, el perdón y la necesidad de perdonarse a si mismo. Hacer las paces con el pasado y no dudar en ir a una aventura.

Life is Strange: True Colors es un juego ‘redondo’. Su campaña presenta mecánicas interesantes así como conceptos bastante llamativos que dentro de la mitología no solo tienen sentido, sino que van expandiendo un poco más este universo.

No se vale de referencias o conexiones directas, sino que es su propia historia de inicio a fin y aunque no ofrece un amplio espectro de decisiones, las que están tienen impacto. Gráficamente es hermoso y la selección de la banda sonora, como siempre, va muy en la línea del concepto general del juego.

Sin duda, es un título más que obligado para los fan de Life is Strange, especialmente por el episodio adicional que presentará un poco más del pasado de Steph antes de la llegada de Alex a Haven Springs.

Reseña hecha con una copia de Life is Strange: True Colors para PlayStation 5 provista por Square Enix Latinoamérica.