The Division 2

The Division 2 logra mejoras sustanciales con respecto a la primera entrega, pero al igual que su predecesor, falla en algunas mecánicas de juego.

Plataformas: PC/PS4 (Reseñado)/Xbox One
Desarrollador: Ubisoft Massive
Publishers: Ubisoft
Lanzamiento: Marzo 15/2019
Género: Kill, loot, repeat

Ya lo dijimos en nuestras impresiones de la beta. El primer The Division fue un fiasco (bueno… no a nivel de ventas) y a estas alturas no es necesario explicar por qué. Con el anuncio de su secuela en 2018, se sabía que la labor de este título sería una a la que Ubisoft como publisher ya está acostumbrada a realizar: mandar corregir errores para presentar el verdadero potencial de ‘X’ marca.

The Division 2 cumple en gran medida con esta idea y presenta un título tanto sólido como divertido, pero que desafortunadamente sigue presentando algunos de los problemas que hicieron de la primera entrega un shooter algo torpe.

A nivel de historia, esta entrega toma lugar siete meses después del primer juego y presenta la llegada de nuestro agente a Washington, donde debe recuperar el control de la Casa Blanca para así dar comienzo a su verdadera misión: restaurar la red SHD que comunica a todos los agentes en Estados Unidos y en el camino, ubicar una posible cura al virus que llevó a la sociedad al colapso.

Desafortunadamente, esto es lo máximo que presenta The Division 2 en términos de argumento, ya que en sí no hay un desarrollo narrativo dentro de su campaña principal. Los personajes que presenta la historia no tienen personalidad o arcos definidos, sino que actúan como NPCs durante todo el juego y solo tienen relevancia cuando deben proveer información.

Es desafortunado que este error se repita en la secuela ya que entorpece la misma historia que se quiere contar, lo que convierte a The Division 2 en un título que a nivel de estructura no se sostiene porque solo establece una serie de escenarios y situaciones que al final, parecerían no tener impacto en el mundo que se presenta ante nosotros.

Además, pese a que Ubisoft no quiera admitirlo, The Division 2 si tiene un trasfondo político. No por nada, el faro de la esperanza para Estados Unidos es Washington… lo que sucede realmente es que como no hay un desarrollo argumental, todos los temas tratados resultan superfluos e incluso bastante cuestionables, como por ejemplo, cuando el presidente expresa que para recuperar el país, hay que tomarlo por cualquier medio necesario.

Pero quitando de lado todos los problemas que hay con The Division 2 a nivel argumental, este es un título que la verdad es bastante divertido y que se vuelve aún más interesante cuando se llega al contenido endgame.

Desde el momento en que tomamos control de la Casa Blanca tenemos a nuestra disposición un mapa extenso segmentado por zonas, o distritos, los cuales están categorizados por niveles que determinan su dificultad. A medida que avanzamos por la campaña iremos desbloqueando más y más misiones, pero lo cierto es que Washington está lleno de actividades que podemos descubrir mediante la exploración.

The Division 1

En sí, la estructura general de The Division 2 no cambia radicalmente con respecto a la del primer juego. Tenemos que abrirnos paso entre enemigos, buscar loot y ya está, pero lo positivo es que para esta ocasión el juego no solo se simplifica más, sino que es aún más interesante de ver y jugar.

En primer lugar, el diseño de niveles dentro y fuera de la campaña es bastante atractivo. Si lo comparamos con el primer título, esta secuela se toma más libertades para presentar tiroteos en entornos mucho más dinámicos en los que no solo es importante moverse, sino en el que también los ambientes juegan un papel importante dentro del mismo.

Un tiroteo en un planetario se convierte en un viaje por el espacio cuando las luces se apagan y comienza una proyección, mientras que un enfrentamiento en los subterráneos de repente se vuelve terriblemente tenso cuando solo vemos un humo rojo recorrer el entorno. Es un título que presta mucho cuidado a su ambientación y entiende que esta normalmente tiene un efecto sobre quien juega… aunque cabe resaltar que no todos los combates tendrán el mismo efecto.

Ahora bien, el sistema de combate es otro de los elementos que no cambiaron radicalmente. Seguimos teniendo tres armas (principal, secundaria y de soporte) y dos habilidades, pero esta vez es más dinámico.

The Division 2 es un título que incentiva el movimiento constante, el avanzar entre coberturas para enfrentarse con los enemigos y esto lo logra mediante una dificultad que va en escala y presenta no solo enemigos más activos, sino también variados. Esta vez no basta solo con quedarse escudado detrás de un escritorio o muro, sino que hay que moverse y adaptarse a la situación.

Es por eso también que hay distintos tipos de habilidades, todas con diferentes variantes. Para esta ocasión tenemos ocho: Pulsos, Torreta, Enjambre, Lanzaquimicos, Líbelular, Mina Rastreadora, Dron y Escudo, donde cada una de estas tiene variantes ofensivas o de soporte. Por ejemplo, el dron tendrá dos modalidades de ataque (con una ráfaga de tiros o bombardeo) y dos de soporte (un “escudo” PEM que protege al usuario de las balas enemigas o un “rayo” curador que puede usarse en sí mismo o aliados).

Todas estas variantes son útiles al momento del combate y es necesario también entender la situación en la que son más o menos efectivas. Un squad lleno de drones y torretas probablemente no sobreviva a una situación en la que se requiera debilitar los puntos críticos de un grupo de enemigos, algo que solo puede hacer la Libélula con una de sus ramificaciones.

Pese a todo, si hay que decir que eventualmente el juego se puede tornar repetitivo, y es que uno de los defectos más notables de The Division 2 es el grindeo dentro de la campaña principal. Para superar ciertas misiones hay que cumplir con un nivel mínimo y para poder acceder a la última misión hay que estar sí o sí en nivel 30.

Los requerimientos de nivel no son una barrera imposible de superar, pero si llega a entorpecer el progreso más que todo porque hasta ese punto, el juego no revela su potencial. Por fortuna, está el endgame.

The Division 2

Una vez completemos la campaña principal y hayamos recuperado Washington de las distintas facciones que lo habitan, llegará una última facción llamada The Black Tusk, quienes invadirán nuevamente la ciudad y “resetearán” nuestro progreso logrado hasta ese punto.

La presencia de esta facción supone una expansión dentro de la misma historia pues se explica que son una organización peligrosa y que su presencia allí responde al interés de frenar a The Division. Así pues, llegan a las calles, se toman los puntos de control que ya hemos liberado e invaden algunas de las misiones de la campaña principal, incluyendo las Fortalezas, que vendría a ser el equivalente de los asaltos en Destiny por su grado de dificultad.

Dicho de otra forma, el contenido endgame consiste en pasar por los mismos puntos de la historia para liberar nuevamente la ciudad, solo que con un pequeño twist.

La ciudad se verá catalogada bajo una categoría de potencia (o luz, si nos referimos nuevamente a Destiny) que debemos cumplir para poder acceder a cualquiera de las Fortalezas que buscamos liberar, las cuales a su vez están conectadas con otras misiones previamente superadas invadidas por The Black Tusk.

Así pues, primero debemos superar estas misiones para lograr la potencia requerida por medio del loot, para luego si acceder a estas misiones en las que NADA es como lo habíamos visto. Al ser una facción más hostil y avanzada, The Black Tusk cuenta con unidades especializadas que harán de estas misiones un reto más desafiante, tanto por su hostilidad, como por sus estrategias de combate.

Esta mecánica se repite cada vez que superemos una fortaleza, siempre subiendo los requerimientos de potencia para nuestro personaje para mantenerlo jugando, y aunque esto suena como un secuestro… la verdad es que no lo es.

Afortunadamente, los enfrentamientos son más complejos a lo visto en la campaña, pero lo que hace disfrutable este remix de misiones es la forma en que se recompensa al jugador. Una vez lleguemos a nivel 30, el juego rompe sus límites y constantemente recompensará al jugador con armas y equipamiento valioso que lo harán avanzar en el endgame.

Ciertamente hay que cumplir misiones o actividades adicionales por el mapa, pero siempre habrá algo de valor en el loot obtenido, dando así un mayor sentido de progreso dentro del endgame. En pocas palabras, el jugador no estará perdiendo el tiempo buscando “esa arma” porque seguramente ya la habrá encontrado o tendrá una alternativa bastante útil.

Además, habiendo llegado al endgame, el juego abre acceso a las especializaciones para los agentes: Survivalist, Demolitions y Sharpshooter, donde cada uno tendrá un arma respectiva (ballesta, lanzagranadas y rifle francotirador) y otra serie de beneficios para las habilidades que han desbloqueado en el transcurso del juego.

Básicamente, abre un nuevo árbol de posibilidades y ofrece alternativas para que los jugadores personalicen su personaje, eso sí… sin limitarlo a poder explorar las otras especializaciones. Si alguien escoge el lanzagranadas, podrá cambiar su especialización cuando quiera en la base de operaciones.

Adicional a lo anterior, vuelven las Dark Zone, donde esta vez se ofrecen tres zonas (este, oeste y sur), cada una con un nivel de dificultad por separado, pero en la que prácticamente se encuentran las mismas actividades. Si bien es importante la exploración dentro de estas áreas, así como el combate contra enemigos, sin duda el foco de atención es la posibilidad de enfrentarse con otros agentes o colaborar con ellos para acceder a loot exclusivo.

The Division 3

A decir verdad, los cambios a las Dark Zones no son tantos, pero son notables. Primero que todo, el nivel acumulado desbloquea una serie de perks que facilitan el paso por estas áreas y, por ejemplo, el nivel de potencia no incide dentro de estos lugares, lo cual evita que los jugadores huyan de este tipo de actividad por la alta hostilidad de la comunidad cuando hay loot de por medio.

Así mismo, The Division 2 también cuenta con un modo PVP separado en el que hay partidas 4Vs4 en modos de juego como escaramuza por equipos o dominación. Claramente esta nueva modalidad presenta un desafío competitivo mayor al poner dos escuadras enfrentadas en un mapa, pero los enfrentamientos en su mayoría serán lentos y poco dinámicos por la extensión de los escenarios.

Es un modo funcional, pero que no es tan atractivo, aunque es también una alternativa para los que no quieren deambular por la Dark Zone en busca de alguna presa.

The Division 2 es un título que sin lugar a dudas corrige muchos de los elementos criticados a la primera entrega, pero que a la vez tropieza con los mismos errores. Si bien la experiencia puede ser agradable a nivel de jugabilidad, pese a lo prolongado que es la campaña, no deja de ser una decepción que la historia sea mediocre y no vaya para ningún lado. Por fortuna, esta vez lo que hace bien, lo hace bien, y este título entiende que el contenido endgame es crucial para cautivar a los jugadores y sobre ese apartado no hay quejas.

Eso sí… la vigencia del título aún está por confirmarse. La novedad de un shooter looter mantiene la atención en la comunidad, pero es tarea de Ubisoft nutrir este título con más contenido. Por fortuna, los DLCs para el primer año son gratuitos y todo apunta a un panorama más brillante que para el primer título.

Reseña de The Division 2 hecha con una copia del juego para PS4 provista por Ubisoft Latinoamérica.

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