
The Last Worker
The Last Worker es un título VR bastante interesante en su mensaje y varias de sus mecánicas, aunque su duración puede alejar a algunos.
Plataformas: PS5/PSVR2(Reseñado)/PC/Nintendo Switch/Xbox Series S|X
Desarrollador: Oiffy/Wolf & Wood
Publishers: Wired Productions
Lanzamiento: Marzo 30/2023
Género: Multinacionales Capitalistas
En la época actual, sabemos los peligros de la IA y como las empresas se han ido automatizando poco a poco de manera que el trabajador promedio se vuelve un estorbo.
Oiffy y Wolf & Wood se imaginaron un futuro dominado por la automatización, donde nosotros seremos el último trabajador en una fábrica inmensa similar a Amazon, donde de cierta manera competiremos contra las máquinas, mientras vemos un poco las vicisitudes del capitalismo salvaje.
The Last Worker nos pondrá en el rol de Kurt, el último trabajador humano de Jüngle una compañía especializada en entregas… como cierta otra compañía muy famosa de la cual hacemos muchos pedidos.
Luego de un poco más de 25 años, Kurt se enfrentará a un dilema. Donde continuará su proceso de trabajo hasta el fin de sus días o rebelarse contra el sistema y descubrir que hay algo más allá de ser un figurín más de la compañía.
Salvo algunas ideas que me parecen un poco mal ejecutadas, The Last Worker es una crítica fantástica hacia el capitalismo salvaje y desmedido. El juego hace mucho énfasis en como Kurt se dejó lavar el cerebro del sistema y lo acepta pensando que no hay otra salida.
Al mismo tiempo habla sobre la manera como las empresas manipulan a los usuarios diciendo que son sus aliados, por ejemplo el CEO teniendo pelo de colores imagino que para verse cercano a la comunidad LGBTI+ mientras explota a sus usuarios y a sus trabajadores.
Finalmente, explora elementos como cambiar un mal por otro mal y como en muchos casos, las luchas se corrompen al buscar un beneficio personal sobre un particular.
Todas estos elementos son explorados mientras Kurt se rehusa a aceptar qué hay una realidad fuera de la compañía y creo que su mensaje no solo es interesante sino muy claro.
Al inicio, el juego contará un poco el origen de Kurt y sin duda el estudio se inspiró en películas como THX 1138, donde hasta el más leve error dentro de Jüngle los llevará al despido.
Conforme avanzamos, toma muchos tintes de Portal 2 donde conocemos un lado más oscuro de Jüngle y al mismo tiempo entendemos un poco más el sistema al que estamos atados para bien o para mal.
Si soy honesto, al inicio el juego es bastante claro en lo que quiere mostrarnos y hacer mucho énfasis en su mensaje claramente anti-corporaciones y como el mismo sistema les permite aprovecharse de todo y de todos para lograr su cometido.
No voy a negar que al mismo tiempo es un ideal agradable enfocarse en Kurt y darle un conflicto personal. Claramente es un trabajador explotado por el sistema, pero esto no hace parte se su personalidad y no es lo que le da agencia.




Sino que rompe un poco con su vida normal y le permite darse cuenta que podría tener una vida mejor o sencillamente alejada de todo lo que ha visto y que para él a su edad fácilmente es un momento mucho más tranquilo.
Mecánicamente es donde el juego cojea un poco y aunque lleva bien su mensaje, sus mecánicas pueden llegar a sentirse un poco restrictivas.
Primero que todo, The Last Worker es un juego más de VR que de consola. En el caso de PlayStation el título puede ser jugado sin el periférico pero se nota que mecánicamente está pensado en eso.
A diferencia de otros juegos como Falcon Age que el VR hace la experiencia un poco más robusta pero no es muy diferente de lo que experimentamos al juego final, en cambio este título si tiene muchos elementos que le apuestan al periférico de la consola.
Aquí es donde tengo sentimientos encontrados, a pesar de probarlo en ambos modos creo que definitivamente es mucho más probable que jugarlo 100% en VR me habría hecho disfrutarlo un poco más ya que no se sentiría tan tosco como se siente en consola.
El juego se divide en dos momentos importantes dentro de su narrativa.
Al inicio, el trabajo de Kurt se enfoca en la entrega de paquetes, por lo cual tendremos que buscar un paquete en la bodega que trabajaremos durante ese turno, cerciorarnos que el paquete es correcto y enviarlo al usuario que lo pidió.
Para aumentar la dificultad, los paquetes tendrán medidas y pesos. Si la información del paquete no coincide con la que vemos en nuestro vehículo de transporte, tendremos que marcarlo como un paquete con discrepancia y enviarlo a reciclaje.
Así mismo, encontraremos paquetes dañados que tendremos que marcar con una etiqueta roja y enviarlos a reciclaje.
El juego parodia varios objetos durante el juego. Desde IPs de videojuegos como Sonic o Mario, hasta elementos de la vida real como máscaras de halloween similares a Ghostface de Scream o sencillamente elementos absurdos que una persona podría pedir en el futuro.
En lo último Kurt hará mucho énfasis en lo raro que es el objeto.
Conforme avancemos, la Jüngle Gun comenzará a tener nuevos aditamentos enfocados en ampliar la jugabilidad. Desde una herramienta para hackear que usaremos para resolver Puzzles, hasta un EMP que nos permitirá destruir algunos enemigos a distancia.
Estas mejoras las encontraremos durante el transcurso de la historia y todas tendrán su momento de brillar. Afortunadamente no se sentirán tan olvidadas como suele pasar en otros juegos, sino que tendrán su uso en varios momentos de manera que no se sienta tan desechable.




The Last Worker tendrá varios pequeños puzzles o mini juegos, donde por ejemplo el vehículo que usamos para movernos se descargará en algunos momentos y tendremos que presionar X en el momento indicado y en el caso de Hackeo será necesario replicar un patrón para “abrir las puertas”.
El gran problema que tiene The Last Worker es que muchas mecánicas se sienten 100% hechas para VR pero al pasarse a consola sin periférico muchos elementos no funcionan igual, entiendo la idea de hacerlo compatible, pero creo que el estudio podría haberse enfocado más en VR que otra versión.
Adicional, algunos segmentos (la mayoría de sigilo) que definitivamente nunca funcionan.
En muchos momentos estos segmentos van de muy fáciles a muy fastidiosos por la manera como los enemigos se comportan. Entonces al no tener muchas maneras de defendernos toca recurrir a movimientos cuestionables que genuinamente no ayudan a la experiencia.
Visualmente es un juego muy atractivo. El título tiene un estilo enfocado en comics mezclado con algunos elementos de Cel Shading.
Debido a que el juego es casi un FPS, los escenarios que no son las bodegas de Jüngle son los que más resaltan este apartado visual, aunque realmente los personajes son los que más se benefician de esto.
Tanto el espejo por el que siempre podemos ver a Kurt como el CEO de Jüngle que vemos varias veces en letreros de las bodegas durante la campaña.
The Last Worker es de esos títulos interesantes, pero que varias de sus mecánicas no terminan de funcionar del todo. Definitivamente es un juego interesante en VR pero la versión normal de PS5 si se queda bastante corta.
Aunque no es Pistol Whip o Beat Saber, para los que buscan una experiencia narrativa mucho más longeva en PSVR2, sin duda es una buena opción.
El juego ya está disponible en PC, PS5, Nintendo Switch y Xbox Series S|X.
Reseña hecha con una copia de The Last Worker para PlayStation 5 y PlayStation VR2 provista por Wired Productions.